viernes, 25 de febrero de 2011

Melodía de la semana

Céntrate. Párate. Pero no mucho. Tampoco te quedes quieta. No te lamas las heridas. No se te ocurra quedarte sola. No se te ocurra hacer locuras. Reflexiona un poco. Estás genial. ¿No exageras? Venga mujer. Si la otra noche estabas estupenda. Haz planes. Lee. Prueba. Mantente ocupada. Deja de comer porquerías. Haz ejercicio. Come fruta. Bebe agua. No te comas tanto el coco. Ve a la playa. Toma el sol. ¿No bebes demasiada agua? Vente a mi casa el fin de semana. Descansa. Píntate los labios. Sal de Cádiz. Cuéntame lo que te pasa. O, mejor, no le des vueltas. Escribe. Baila. Canta. Cambia.
Haz lo que sea. 
Empiezan los juegos de los días de calor y la indeseable astenia primaveral
Maldito termómetro.

Nuevas Sensaciones :
Lo que hicieron antes
se convierte en algo normal
Ya no es excitante
intentaremos algo mas.
Le dice a sus amigas:
"algunas de esas cosas no estarían mal
quiero probar algo nuevo"
Si que ha conseguido
algo que no puedo nombrar.
Porque en este día
va a ser un día especial
Le dice a sus amigas :
"prefiero estar muerta que aburrirme así
voy a probar algo nuevo"
Hoy no quiero ser yo
No me importa lo que va a pasar
No voy a seguir así ni un día mas
No me importa lo que va a pasar
Le dice a sus amigas :
"algunas de esas cosas no estarían mal
quiero probar algo nuevo"
Le dice a sus amigas :
"prefiero estar muerta que aburrirme así voy a probar algo nuevo"
Hoy no quiero ser yo
Lo que hicieron antes
se convierte en algo normal
Ya no es excitante
intentaremos algo mas.
Le dice a sus amigas:
"algunas de esas cosas no estarían mal
quiero probar algo nuevo"
Si que ha conseguido
algo que no puedo nombrar.
Porque en este día
va a ser un día especial
Le dice a sus amigas :
"prefiero estar muerta que aburrirme así
voy a probar algo nuevo"
Hoy no quiero ser yo
No me importa lo que va a pasar
No voy a seguir así ni un día mas
No me importa lo que va a pasar
Le dice a sus amigas :
"algunas de esas cosas no estarían mal
quiero probar algo nuevo"
Le dice a sus amigas :
"prefiero estar muerta que aburrirme así voy a probar algo nuevo"
Hoy no quiero ser yo.

martes, 22 de febrero de 2011

Citas galácticas

Mañana tengo encuentro con lectores. Con lectores con ojos y manos y esas cosas que tienen los lectores que la red te impide ver y que, en los actos presenciales de rigor, una está demasiado nerviosa para identificar entre el sudor de manos, el guión y sed compulsiva (Véase: beber demasiada agua para disimular que se está como un flan sobre una mesa de presentaciones y luego sudar la gota gorda porque no puedes levantarte para ir al baño).
Mañana tengo encuentro con lectores. Algunos conocidos, otros por conocer.
Y tengo muchas muchas ganas.

Visita abierta a la
Escuela de Letras Libres 
Encuentro en torno al libro LA ESTRELLA INVITADA
(Colección Alumbre, Servicio de Publicaciones Diputación)
Miércoles 23 febrero   19´00 horas
Casa de Cultura (C/ Nueva s/n)
Chiclana, Cádiz

viernes, 18 de febrero de 2011

jueves, 17 de febrero de 2011

Lógica del miope sentimental

Cuando voy al cine me tengo que poner la gafas.
Cuando voy al cine siempre termino llorando.
Ergo, cuando llevo gafas siempre lloro.
Ergo, si un día como hoy me resigno a que no veo un pijo y me las coloco en la oficina, tampoco veo nada.
Están resucias.

Melodía de la semana

Lo dice sin rencor -jaja- y, afortunadamente, no estamos en Londres, qué alivio...

viernes, 11 de febrero de 2011

¿Cómo he estado más de dos años sin tener este libro?

Mis primeros pasos por el encantador espacio de La Clandestina –¿cómo he estado más de dos meses sin pisar esta librería?- me han regalado un todo un descubrimiento: los dibujos, las escenas, las palabras de una francesa –Aude Picault- que cuenta las cosas que me encantaría contar a mí. Al menos, que me encantaría saber contar de esa manera. Pocos trazos, pocas palabras. ¿Para qué más? 

Los hombres, las gulas, la pereza… está TODO. El libro salió en España en 2008 y ya tiene sus enamorados. Por favor, hay un segundo tomo, Más rollos míos, que tengo que conseguir.

jueves, 10 de febrero de 2011

Atenciones digitales


Desde que el social marketing se cuela en mi correo hablándome de tú, animan mi Bandeja de Entrada un buen puñado de nuevos amigos que son algo así como novios por carta. No les pongo cara, pero tengo una estimulante relación con ellos. La que más me escribe es Paloma de la Vega, de Vente Privée, a la cual, un día que ande por Madrid, tendré que invitar a una cervecita por estar tan pendiente de mi estilismo y además avisarme con tiempo para que me programe las ofertas este outlet digital responsable de algunos de los caprichos de los que me siento más orgullosa.  No todas las amigas te avisan cuando hay rebajas cañeras en la tienda de moda. Normalmente, van primero ellas, y luego, te lo cuentan Nosabíaquetepodíainteresar. Mi otro amigo, en el que deposito muchas más expectativas, es el director de Marketing de American Express que, desde que diera el ok a la promoción para conmutar compras por puntos Iberia, me escribe amabilísimos mails recordándome que me merezco unas estupendas vacaciones, un descanso en un SPA o probar un buen restaurante. Qué coño, pienso siempre después de leer sus encantadoras letras recordando a la Malena de Almudena Grandes. Me lo merezco… Lástima que el chico me sugiera pero no me invite porque, me digo yo, que el responsable de mk de una cosa taaaan importante y taaaan burguesa como AM debe ser un tipo interesantísimo de conocer. Guapete, traje bien cortado, buena cultura vinícola… ¿Qué no?
Últimamente, a mi platonismo on line añado además la vanidad de que mis amigos cibernéticos, esos que me escriben con nombre y apellidos, son más chics que los que contactan con mi amiga A, constantemente bombardeada por los mails de una tal Gabriela desde que hace unos días cayera en la frívola trampa del tarot digital. Sí, está bien leído. TAROT DIGITAL. Mea culpa, Mea culpa, Mea Culpa. Yo fui la primera en caer en sus garras a los veinte añitos cuando, desde la sección de cierre del decano de las letras andaluzas, gastaba mis veladas dándole al F5 mientras se refrescaba el Millenium Editor. Nunca conseguí, y eso que le daba fuerte, llegar a tener la tecla tan pulidita como mi compi CD que, seguro, habrá conseguido eliminar la tinta del plástico convirtiéndolo en algo muy parecido al ónix. Un tótem del periodismo en red, de las sinergias redaccionales que a tantos compañeros ha puesto en la calle.
A lo que iba: mis culpas. Yo fui la primera que, intentando encontrar una respuesta existencial, una pastillita analgésica o anestésica contra el mal de amores –me había dejado mi novio por aquel entonces y lo quería peromuchomuchísimo-, me lancé de bruces al imperio de los primeros consultorios psicológicos on line, casi todos argentinos. Mientras rebuscaba en los foros gente con el corazón tan roto como el mío -recuerdo que, ante la mirada absorta de CD, me llegué a imprimir y llevar a casa el capítulo “Cuando Dios cierra una puerta, abre una ventana”- encontré una web de horóscopos y similares donde decían cosas muy parecidas a lo que yo quería oír. Allí, en mitad del portal de marcos –ahora ya está renovado y es más intuitivo- encontré aquella app esotérica que todavía hoy sigue manejando el mismo modelo de arcano. Tema amor, tema trabajo. Todos los desafíos existenciales de la mujer del siglo XXI en cuatro palabras. Ahora me suscitan remordimientos de género este tipo de cosas, antes ni me lo planteaba.
Los pronósticos del inconfesable programa resultaron casar tan estupendamente con mi panorama amoroso –mi novio y yo volvimos después del pronosticado periodo de “búsqueda interior”, o exterior, según se mire- que durante años -ahora, once años, DIOSMIO- he jugado a probar si continuaba en uso cuando alguno de esos dos epígrafes me traía de cabeza. En ese tiempo, mi amiga María me advirtió que no lo compartiera con nadie. Ni la debilidad incomprensible por una parida como ésa ni, por supuesto, el enlace. A ella también le funcionó de perlas y las cosas buenas “no se comparten”. ¿Véis? Como la primicia de unas rebajas. No obstante, hace unos meses decidí compartirlo con A que, la verdad, está la pobre curada de mis espantos. Desde entonces, tal vez por algún error en la elección del menú, una  tal Gabriela la mensajea a diario, en ocasiones, más de dos veces, advirtiéndole que, según la última revisión de sus arcanos o según no sé qué alineamiento planetario, está en grave/considerable/relativo peligro, depende, claro, del día.
-Vaya, nena, aquí está otra vez Gabriela, la tengo preocupadísima. Está que no duerme…
Al final, reflexiono, todos necesitamos sentirnos protegidos, saber que hay alguien ahí preocupado por nosotros. Por eso A, si bien no consiguió una buena predicción, sí que ha conseguido a una persona capaz de velar por su seguridad con una regularidad digna de tener en cuenta. Hay quien se casa y tiene hijos sólo porque le dediquen un par de palabras a la semana. Al final, hay que mirar el lado positivo. Al final, Gabriela es una nueva amiga y quién sabe hasta dónde llegará la relación. Al final, como ella bien dice, tiene más amigos digitales, pero ninguno que esté tan pendiente de ella. Al final a nadie le agrada ver su Bandeja de Entrada triste y vacía como el cuarto de la plancha.
En resumen, A está la mar de contenta. Aunque yo, de todas formas, puestos a comparar… Sigo prefiriendo una cenita con el director de marketing...

miércoles, 9 de febrero de 2011

martes, 8 de febrero de 2011

Melodía de la semana

Supongo que hay que tener esta cara, esta boca y esta voz para decir ciertas cosas.  Adoro esta canción. Mi particular Enrique V -que no tiene nada que ver con los Lancaster y que añadiría "pues yo vendo cremas muchísimo más buenas"- repite que lo de satisfacer a las mujeres puede ser muy fácil. Difícil pero no imposible, añaden otros. Al final, es tan complicado o tan sencillo como encontrar la clave de una volátil alquimia: la fuerza justa, el caricia exacta, la mezcla adecuada, siempre diferente en mitad de la rutina. Hoy igual, mañana imprevisible. Una palabra. O ninguna. Suficientemente dentro como para que no se rompa, suficientemente al filo para que peligre. Ser jugador y ser juguete. Perseguir y adorar que te persigan. Una partida sin reglas que a veces turba y desconcierta.
Con una victoria que sólo garantiza que seguirás en el juego.

... le dejaré ver mis medias para que corra detrás.



Cristina y los subterráneos

domingo, 6 de febrero de 2011

Frases célebres

Enrique V: "De verdad... Es que no lo entiendo... Por qué los heteros son tan cortitos entendiendo a las mujeres?"

viernes, 4 de febrero de 2011

Malos, malísimos, pobrísimos

En realidad, salvo honorables excepciones como Cruella de Vil, Adolf Hitler, y la bruja de Blancanieves, la mayoría de los malos tienen una profunda y cruel razón para serlo. Con los insultos infantiles y los corazones rotos en el top ten de sus agravios, la mayoría de las veces los malos malísimos van jodiendo las vidas ajenas con una mezcla de pena de sí mismos y sed de venganza que sólo en extraños casos como el de Carrie responden a patrones de ataque cara a cara.

No, en la mayoría de los casos, los malos malísimos actúan a medio/largo plazo y lo hacen siempre con la certeza de estar empuñando una especie de espada justiciera. Un arma mortífera usada habitualmente con esa técnica que en Cádiz se llama "por lo bajini" y que la mayoría de los mortales denomina sangre fría. Una respuesta comprensible teniendo en cuenta que el malo malísimo suele considerar que ha de actuar antes de que le ataquen, antes de que le quiten, antes de que le insulten, antes de que le desbanquen... En definitiva, protegiéndose porque -he aquí la clave de su pauta de conducta- según su visión de las cosas, los malos son los otros. Y como los malos son los otros, y el malo malísimo no se ve más que como una desvalida víctima de las circunstancias es normal que infrinja su castigo con tranquilidad beatífica: "Ya está. Aniquilado. Menos mal que no me han hecho daño. ¿A quién regalo ahora mi inocente sonrisa".

En definitiva, algo muy comprensible si atendemos a las razones objetivas de su tremendo déficit de autoestima, algo muy humano, algo hasta digno de lástima... Hasta que es uno el neuras del montón que se cruza en su camino. Al final, a fuerza de experiencias propias y observaciones ajenas, mi amigo B lo tiene bastante claro: "Por favor, si van a putearme que me lo hagan con clase, de cara y por derecho. Empiezo a tener miedo de los que van jodiendo la vida de los demás para purgar complejos". En definitiva B habla un poco por todos, si me van a putear, que me toque un malo de raza y vocación, no un infeliz Oso Lotso.

miércoles, 2 de febrero de 2011

Frases célebres

Luis: "Mira bonita, déjate de complejos judeocristianos. Primero, dios no existe. Segundo, si existiera, le importarían un carajo tus relaciones"